¿Rito alterno y de igual valor a la Comunión en la boca?

¿o "indulto" por no comulgar de la forma tradicional?

Aquí resolvemos esas dudas


21/7/14

La actitud correcta al comulgar en la boca o en la mano -y en otros temas- para no caer en juicios o conflictos contra otros católicos


Ya hemos visto por los documentos publicados en este blog que no debe haber conflicto entre quienes gustan de tomar la Comunión en una posición u otra pues todas están autorizadas por la Iglesia. Pero si aún así alguien sintiera deseos de juzgar a quienes comulgan de otra forma ¿qué debemos tener en cuenta y cómo debemos actuar frente a esa tentación?

Para contestar a esa pregunta reproduzco un video de Alejandro Bermúdez, director de Aciprensa, en donde habla del tema. Que lo disfruten. 






7/9/12

"Puede adorarse a Jesucristo sentado, o de rodillas o en pie. La posición del cuerpo no es esencial a la adoración"

En el Camino se recibe el Cuerpo de Cristo en la mano, y se comulga sentado. La Sangre de Cristo se comulga de pie. Ambas son dadas por el ministro a cada fiel.


En el siglo XVII época en que solo se celebraba la Misa Tridentina y era obligatoria la Comunión en la boca y de rodillas, el Papa muchas veces comulgaba sentado.

El Dr. Amado Pouget, liturgista muy reconocido de la época, explicó para justificar el tomar la comunión sentado:

"Este es un uso antiquísimo, y expresa IMITACIÓN DE LO QUE HIZO JESUCRISTO QUE INSTITUYÓ LA SAGRADA EUCARISTÍA SENTADO EN LA MESA CON SUS APÓSTOLES."

Y agregaba el Dr. Pouget:

"PUEDE ADORARSE A JESUCRISTO o SENTADO, o DE RODILLAS, o EN PIE. LA SITUACIÓN DEL CUERPO NO ES ESENCIAL A LA ADORACIÓN."

Repito para quienes no lo tengan muy claro:

"LA SITUACIÓN DEL CUERPO NO ES ESENCIAL A LA ADORACIÓN."

Por ello en la Iglesia hoy están aprobadas varias formas de realizar la Sagrada Comunión, todas legítimas y usadas por el Papa, por el último de los sacerdotes y por los fieles del mundo entero:

1. en fila ante el Ministro o en su puesto.

2. de rodillas, o de pie, o sentado.

3. en la boca o en la mano.

4. o recibirla de pie y tomarla posteriormente sentado como lo hace el Camino a imitación de Cristo y los Apóstoles

Así fue aprobado por el Vaticano en sus Estatutos:

"Art. 13: En la celebración de la Eucaristía en las pequeñas comunidades se siguen los libros litúrgicos aprobados del Rito Romano, CON LA SALVEDAD DE LAS CONCESIONES EXPLÍCITAS DE LA SANTA SEDE. En lo concerniente a la Santa Comunión, los neocatecúmenos la reciben de pie permaneciendo en su sitio."

De todas esas formas se rinde la adecuada adoración al Cuerpo de Cristo, como lo ha dicho el Dr. Pouget en el siglo XVII.

27/8/12

Documento de la Congregación del Culto Divino de 1,985 sobre la correcta forma de tomar la Comunión en la mano



La Reina Sofía de España recibe de SS Benedicto XVI
la Comunión en la mano, en noviembre de 2.010


CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO

"La Santa Sede, a partir de 1969, aunque manteniendo en vigor para toda la Iglesia la manera tradicional de distribuir la Comunión, acuerda a las Conferencias Episcopales que lo pidan y con determinadas condiciones, la facultad de distribuir la Comunión dejando la Hostia en la mano de los fieles.

Esta facultad está regulada por las Instrucciones Mernoriale Domini e immensae caritatis (29 de mayo de 1968: AAS 61, 1969, 541-546; 29 de enero de 1973: AAS 65, 1973, 264-271), así como por el Ritual De sacra Communione publicado el 21 de junio de 1973, n. 21. De todos modos parece útil llamar la atención sobre los siguientes puntos:

1. La Comunión en la mano debe manifestar, tanto como la Comunión recibida en la boca, el respeto a la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Por esto se insistirá, tal como lo hacían los Padres de la Iglesia, acerca de la nobleza que debe tener en sí el gesto del comulgante.

Así ocurría con los recién bautizados del siglo IV, que recibían la consigna de tender las dos manos haciendo "a la mano izquierda un trono con la mano derecha, puesto que debe recibir al Rey" (6ª catequesis mistagógica de Jerusalén, n. 21: PG 33, col. 1125, o también Sources chréet., 126, p. 171; S. Juan Crisóstomo, Homilia 47: PG 63, col. 898, etc.).*
(Una confirmación de que la Comunión en la mano se hacía en los primeros siglos de la Iglesia, antes que la de la boca, nota del blog)

2. De acuerdo igualmente con las enseñanzas de los Padres, se insistirá en el Amén que pronuncia el fiel, como respuesta a la fórmula del ministro: "El Cuerpo de Cristo"; este Amén debe ser la afirmación de la fe: "Cum ergo petieris, dicit tibi sacerdos ‘Corpus Christi’ et tu dicis ‘Amen’, hoc est ‘verum’; quod confitetur lingua, teneat affectus" (S. Ambrosio, De Sacramentis, 4, 25: SC 25 bis, p. 116).

3. El fiel que ha recibido la Eucaristía en su mano, la llevará a la boca antes de regresar a su lugar, retirándose lo suficiente para dejar pasar a quien le sigue, permaneciendo siempre de cara al altar.

4. Es tradición y norma de la Iglesia que el fiel cristiano recibe la Eucaristía, que es comunión en el Cuerpo de Cristo y en la Iglesia; por esta razón no se ha de tomar el pan consagrado directamente de la patena o de un cesto, como se haría con el pan ordinario o con pan simplemente bendito, sino que se extienden las manos para recibirlo del ministro de la comunión.

5. Se recomendará a todos, y en particular a los niños, la limpieza de las manos, como signo de respeto hacia la Eucaristía.

6. Conviene ofrecer a los fieles una catequesis del rito, insistiendo sobre los sentimientos de adoración y la actividad de respeto que merece el sacramento (cf. Dominicae cenae, n. 11). Se recomendará vigilar para que posibles fragmentos del pan consagrado no se pierdan (cf. 5. Congre. para la Doctrina de la Fe, 2 de mayo de 1972: Prot. n. 89/71, en Notitiae 1972, p. 227).

7. No se obligará jamás a los fieles a adoptar la práctica de la comunión en la mano, DEJANDO A CADA PERSONA LA NECESARIA LIBERTAD PARA RECIBIR LA COMUNIÓN EN LA MANO o EN LA BOCA.

Estas normas, así como las que se dan en los documentos de la Sede Apostólica citados más arriba, tienen como finalidad recordar el deber de respeto hacia la Eucaristía, INDEPENDIENTEMENTE DE LA FORMA DE RECIBIR LA COMUNIÓN.
(Nótese que la Congregación dice aquí que con ambas formas de comunión, siguiendo las instrucciones para ambas, se guarda el debido respeto por la Eucaristía)*.

Los pastores de almas han de insistir no solamente sobre las disposiciones necesarias para una recepción fructuosa de la Comunión —que, en algunos casos exige el recurso al sacramento de la Penitencia—, sino también sobre la actitud exterior de respeto, que, bien considerado, ha de expresar la fe del cristiano en la Eucaristía.
(Dice aquí la Sagrada Congregación que siguiendo las disposiciones sobre el Rito de la Comunión en la mano y las generales para este Sacramento, se logra una "recepción fructuosa" de la Comunión, lo que contraría el argumento de que es de menos valor o eficacia que la Comunión en la boca)*

Dado en la Congregación para el Culto Divino, el 3 de abril de 1985.

(† Agustin Mayer, o.s.b.)
Arzob. tit. de Satriano
Pro-Prefecto

(† Virgilio Noè)
Arzob. tit. de Voncaria
Secretario

*Las mayúsculas, los resaltados en negrita y los comentarios entre paréntesis son nuestros.

23/8/12

Comunión y confesión de separados o divorciados que se han vuelto a casar por lo civil o viven en unión libre


Cedemos este espacio para reproducir el artículo que un sacerdote argentino escribe sobre la dolorosa cuestión de las personas separadas o divorciadas y vueltas a casar por lo civil o unidos maritalmente en unión libre.

Aunque no es un tema que necesariamente esté de acuerdo con los objetivos de este blog, lo tratamos por estar muy relacionado con la Comunión en cualquiera de sus formas y por ser de suma importancia para quienes viviendo en esta situación, muy dolorosa pero real y lamentable, la puedan conocer y tratar de la mejor forma.

Si la vives este artículo te interesa pues da luces sobre que hacer y como actuar de acuerdo al Magisterio de la Iglesia para no perjudicar tu propio crecimiento personal en la fe.





"LA MISERICORDIA EN LA VERDAD"*

Sobre la Confesión y la Comunión de los divorciados en nueva unión.

"Como sacerdote no es fácil ni agradable tener que decirle a alguien que se encuentra en una situación matrimonial irregular y que se acerca al confesionario que no es posible darle la absolución o la Comunión sacramental debido a su situación.
Las veces que me ha tocado hacerlo, generalmente en la basílica de Luján, lo han asumido con dolor pero sin resistencia ni rebeldía.

Tampoco se trata de un “no” rotundo y definitivo (nada en este mundo es definitivo) sino que, a partir de allí, se genera un diálogo franco e inmensamente rico que abre la posibilidad a otros caminos de comunión con el Señor y con la Iglesia.

El tema es cuando alguien dice: “Pero Padre… a mí el Padre “Fulano” me dio permiso para comulgar”. En ese caso yo respondo: -“¿Vos querés que yo te diga la verdad o que te mienta?” -“Noooo, que me diga la verdad, Padre” -“Bueno, yo te estaría engañando si te dijera que podés pasar a comulgar tranquilamente o si te doy la absolución como si nada”

No falta tampoco el fiel que, confundido, va “de cura en cura” recabando distintas opiniones sobre el particular y dice: -“Padre, quisiera escuchar su opinión… porque tal padre me dijo una cosa distinta” - “¿Pero vos querés escuchar mi opinión o lo que dice la Iglesia?” -“Y nooo, lo que dice la Iglesia, Padre” Entonces lo entienden, con dolor, pero lo entienden.

De modo que la gran confusión se crea cuando algún sacerdote, movido por una falsa misericordia (aunque tenga toda la buena intención) y creyéndose con la libertad de actuar por encima de lo que enseña la Iglesia, le permite al penitente recibir la absolución o la Comunión sacramental.

Recientemente, en Alemania, 160 párrocos de la arquidiócesis de Freiburg declararon públicamente que ellos suministran la Eucaristía a los divorciados vueltos a casar.
Los sacerdotes, que representan alrededor de un séptimo del clero de Freiburg, declararon en su manifiesto que están “completamente conscientes” de violar la postura de la Iglesia.
“Con nuestra firma expresamos que, en nuestra actividad pastoral en relación con los divorciados que se han vuelto a casar, nos dejamos guiar por la misericordia”, citando el principio salus animarum suprema lex (la salvación de las almas es la ley suprema)… En nuestras comunidades, los divorciados que se han vuelto a casar comulgan y reciben los sacramentos de la reconciliación y de la unción de los enfermos, con nuestra aprobación”

Esto que ha ocurrido en Alemania de una manera explícita y que supone un cisma “de hecho” al entrar consciente y públicamente en oposición a la doctrina de la Iglesia, ocurre también en otras partes del mundo, incluyendo la Argentina, aunque no expresado de forma tan pública y notoria como en el caso alemán.

Recientemente, el arzobispo de Mercedes – Luján, Mons. Agustín Radrizzani, ha enviado una carta al movimiento de Cursillos de Cristiandad y a su sacerdote asesor pidiendo se cese en la práctica que hasta el momento se venia dando en dicho movimiento de dar la comunión a divorciados.

Entre otras cosas el Sr. Arzobispo expresa:

“Desde que llegué a esta Iglesia particular con frecuencia he escuchado quejas, tanto de sacerdotes como de laicos, de casos de hermanos nuestros que encontrándose en una situación irregular con relación al sacramento del matrimonio son admitidos a la Comunión Eucarística durante los Cursillos. Sabemos que estos hermanos no pueden recibir el Santísimo Sacramento. Ellos nos acompañan en la celebración de la Misa haciendo la comunión espiritual… Por otra parte, el hecho de acceder a la Comunión por parte de quienes no están en condiciones de hacerlo genera escándalos y divisiones dado que además de actuar al margen de la enseñanza de la Iglesia muchas veces ocurre que al regresar los cursillistas a sus parroquias preguntan a los párrocos por qué no los dejan comulgar cuando en el Cursillo se lo permitieron dando la impresión que en esta cuestión tal autorización queda a criterio de cada sacerdote y no debería ser así. Reitero que sería muy triste que un movimiento con tantas cosas buenas por un descuido de nuestra parte divida al clero y a los laicos generando confusiones”

En esta carta del arzobispo se ve con claridad por qué los fieles llegan a un estado de mucha confusión al ser orientados por sacerdotes que actúan con criterio propio en la materia.

Asimismo el Papa Benedicto XVI hace muy poco, durante el VII Encuentro Mundial de las Familias en Milán, respondió a una pareja de psicólogos que trabajan con familias en dificultad que el problema de las personas divorciadas y vueltas a casar es "uno de los grandes sufrimientos de la Iglesia" y que no existen "recetas simples". «A los divorciados vueltos a casar tenemos que decirles que la Iglesia los ama, tienen que verlo y sentir que realmente hacemos todo lo posible para ayudarles… No están ‘fuera’ de la Iglesia… Aunque no puedan recibir la absolución ni la Eucaristía, viven plenamente en la Iglesia”.

También el Secretario del Pontificio Consejo para la Familia, Mons. Jean Lafitte, acaba de señalar que "las personas que por una u otra razón no pueden recibir la Santa Comunión, o comulgar, siempre pueden tener una comunión espiritual fructífera…"

Esto no es una disciplina inventada por la Iglesia", recordó, y por lo tanto, en el matrimonio, "los cónyuges hacen un pacto con Dios, y Dios hace un pacto con ellos", que crea un sacramento indisoluble.
Una segunda unión "lo convertiría en algo contradictorio y contrario a lo sacramental"

Queda claro entonces que la actitud de negar la absolución o la Comunión no es una actitud inmisericorde o legalista por parte del sacerdote sino una decisión dolorosa pero que parte de la verdad misma de Dios que es autor de los sacramentos. El sacerdote no es el “dueño” de los sacramentos, sino su administrador.

He escuchado también sobre sacerdotes que (según ellos avalados por su obispo) al saber que no pueden dar la absolución sacramental en estos casos referidos dan la absolución “en parte”, es decir: “Yo te absuelvo de todos tus pecados menos de este que no puedo…” Yo jamás había escuchado algo semejante, al menos en el seminario no me lo enseñaron… Luego, consultando con quienes saben más que yo, me dijeron que eso no se puede hacer, que es una barbaridad… y un gran engaño a los fieles que se acercan de buena voluntad. Y esto pasa no muy lejos de aquí…

En fin, nunca se puede remediar el error con otro error… La verdad puede ser dolorosa y sonar “dura” muchas veces, pero es el único camino que conduce a la santificación de los fieles y a la plena comunión con la Iglesia.
Decía Santo Tomás de Aquino que “La justicia sin misericordia es crueldad; la misericordia sin justicia es la madre de la disolución” De modo que ni “condenaciones” ni absoluciones “a medias”… Ni crueles ni disolutos, sino misericordiosos en la verdad."

*Pbro. Domingo Alberto Soria, Delegado Episcopal para la Liturgia, Arquidiócesis de Mercedes - Luján


Nota del director del blog: Eso es lo que deben hacer todos los que vivan en una situación parecida siendo católicos, hablar con el párroco, abstenerse de comulgar y seguir sus indicaciones, aunque sea doloroso (es entendible que lo sea), pero es lo mejor.

Y eso tiene un fundamento muy claro, y es que Pablo dice en una de sus cartas que no se debe comulgar indignamente, o sea, teniendo algún problema o pecado grave que lo impida.

Es una lástima que personas en esas situaciones no se sinceren con el Sacerdote y comulguen como si nada porque pueden estarse haciendo daño a si mismos, impidiendo su adecuado crecimiento de fe, porque de pronto no han entendido suficientemente el Misterio que está contenido en la Eucaristía. Muchas veces piensan que no hay ningún problema en hacerlo y que los sacerdotes no lo permiten por criterio de ellos y no es así.

Y ese es el propósito de haber publicado este artículo, que tal vez algunos tomen conciencia y hagan lo que mas les conviene, no lo que desean porque puede perjudicarles, como ya dijimos, su crecimiento personal de fe.

22/8/12

Comunión en la mano: "Es necesario no problematizar el cambio de disciplina introducido, y procurar que cada persona obre con sencillez y libertad"


Texto para entender mejor que no hay gran diferencia entre la Comunión en la mano y en la boca:

“ES NECESARIO NO PROBLEMATIZAR EL CAMBIO DE DISCIPLINA INTRODUCIDO, Y PROCURAR QUE CADA PERSONA OBRE CON SENCILLEZ Y LIBERTAD.”*


*Del Libro “Pastoral de la Eucaristía”, de Pedro Farnés Scherer, profesor de la Facultad de Teología de Cataluña y del Instituto Superior de Teología de Barcelona, director del Instituto de Teología Espiritual. Ha sido y es asesor en materia litúrgica del Camino Neocatecumenal.


Texto del autor:

"Uno puede preguntarse si es realmente mejorar la celebración pasar de la comunión en la boca a la comunión en la mano.

La respuesta a esta cuestión no es quizá tan simple como se podría creer, pues en ella hay implicadas dos cuestiones de índole muy diversa:

1- un detalle de mero rito material -sin importancia por tanto-,

2- y una cuestión -no sólo importante sino incluso fundamental- sobre el papel que juega el significado en los sacramentos.

No distinguir bien entre estos dos aspectos y reducirlo todo a una simple cuestión de ceremonias podría significar que, en el fondo, no se capta el carácter sacramental que tiene la Eucaristía y se la reduce a un simple instrumento de la gracia que nos une a Dios independientemente de lo que significa.

Ver de esta forma tan limitada y material la Eucaristía sería oponerse no sólo a la más genuina tradición de la Iglesia oriental y occidental sino incluso a las enseñanzas más recientes del Concilio Vaticano II, que insiste en que los sacramentos son no sólo instrumentos de la gracia, sino también símbolos que expresan nuestra fe (cf. SC 59).


El gesto concreto de “comulgar en la mano” no es en sí mismo un gesto importante. Los sacramentos son, en su naturaleza más íntima, símbolos con los que expresamos, vivimos y celebramos nuestra fe. Símbolos tan intensos que incluso “contienen aquello mismo que significan”, es decir símbolos “eficaces”.

En el caso concreto de la Eucaristía su simbolismo -la sacramentalidad, si se quiere emplear esta palabra sinónima que significa lo mismo que simbolismo- es múltiple, tanto por lo que contiene como por los modos con los que este contenido se significa.

1. Por lo que contiene la Eucaristía es: fiesta, acción de gracias, anticipación escatológica del reino de Dios, participación en la muerte y resurrección de Cristo, don gratuito de Dios, etc.

2. Y por los elementos visibles con los que estas realidades se expresan es: asamblea, mesa festiva, pan y vino, fracción del pan, canto unido a los coros de los ángeles y de los santos, etc.
De este conjunto de símbolos con que expresamos nuestra fe forma parte también el gesto de recibir la Eucaristía.


Este gesto, a través de la historia, se ha realizado de dos formas distintas:

1. recibiendo el pan en la mano, como lo hacía la Iglesia antigua y ahora acaba de restaurarse como posibilidad,

2. y recibiendo el pan en la boca, como lo estableció más tarde la práctica de los últimos siglos.

En nuestro momento actual, EN QUE LA IGLESIA ADMITE AMBAS MANERAS DE HACER ESTE GESTO y cada uno puede escoger libremente entre estas dos formas, creemos oportuno subrayar que significativamente LAS DOS MANERAS PUEDEN EXPRESAR LO QUE CONTIENE LA EUCARISTÍA.

COMULGAR RECIBIENDO LA EUCARISTÍA EN LA MANO ES QUIZÁ UN GESTO MÁS NATURAL -POR ELLO FUE EL GESTO PRIMITIVO Y SÓLO MOTIVOS TEOLÓGICAMENTE MUY DUDOSOS CAMBIARON EN LA EDAD MEDIA LA PRÁCTICA MÁS ANTIGUA-. Pero comulgando en la boca, si el gesto se hace bien, se significa también la misma fe.

De ambas formas se adora suficientemente a Cristo


Hay otros gestos cuyo cambio mejora realmente la celebración: así por ejemplo, como afirma el nuevo Misal promulgado por Pablo VI, “la comunión tiene mucha más plenitud, por razón de su significado, cuando se hace bajo las dos especies, ya que en esta forma se manifiesta más perfectamente el signo del banquete eucarístico, se expresa más claramente la voluntad de ratificar la nueva y eterna alianza en la sangre del Señor y se ve mejor la relación que media entre el banquete eucarístico y el banquete escatológico en el Reino de Padre” (cf. IGMR 240).

O bien, si se quiere poner otro ejemplo, el paso del Bautismo de infusión al Bautismo de inmersión es también importante, porque este último gesto, como dice el nuevo Ritual, es “más apto para significar la muerte y resurrección de Cristo” (Cf. Ritual del bautismo de niños, Notas pastorales, n. 37).

Del paso, en cambio, de la comunión en la boca a la comunión en la mano no puede afirmarse que constituya un cambio tan importante, pues el significado sacramental de recibir la Eucaristía se expresa de una manera suficientemente clara tanto recibiendo la Eucaristía en la mano como recibiéndola en la boca.

"ES NECESARIO NO PROBLEMATIZAR EL CAMBIO DE DISCIPLINA INTRODUCIDO Y PROCURAR QUE CADA PERSONA OBRE CON SENCILLEZ Y LIBERTAD.”

16/8/12

Como hacer una correcta Comunión en la mano, según la Tradición de la Iglesia.




LA COMUNIÓN EN LA MANO EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA:

San Cirilo de Jerusalén, en el Domingo de Pascua del año 348, predicaba a los nuevos cristianos:

“Cuando te acerques a comulgar, haz con tu mano derecha un trono a tu mano izquierda que recibirá al Rey".

"En el hueco de la mano recibe el cuerpo de Cristo, y responde amén."

"Después consúmelo, teniendo cuidado de no perder nada de Él”.


PASOS SUGERIDOS PARA HACER UNA CORRECTA COMUNIÓN EN LA MANO:

1. Pon tu mano izquierda sobre la palma de tu mano derecha a la altura del corazón (las manos deben lavarse bien antes de la Misa)

2. Recibe la Hostia o el Pan Ázimo consagrado en el hueco de tu mano izquierda siempre en actitud reverente y de sumo respeto y adoración. El Sacerdote o ministro antes de entregarla te dice "El Cuerpo de Cristo" y contestas "Amén". Tu mano izquierda hace de patena.

3. Enseguida retira la mano derecha de debajo de la izquierda y toma suavemente con los dedos y con devoción el Cuerpo de Cristo

4. Llévalo con cuidado a la boca con tu mano derecha, llevando también tu mano izquierda siempre debajo haciendo de patena, por si al contacto con los dedos o con los labios se produce alguna miga ésta caiga sobre la palma de la mano y no en el piso, tal como se coloca la patena debajo de la boca cuando se comulga en este Rito.

5. En la Misa tradicional el fiel se debe hacer a un lado lo suficiente para dejar pasar al que le sigue en la fila, y siempre de cara al altar llevar el Cuerpo de Cristo a la boca.

6. Enseguida de comulgar, sin dejar de haber tenido siempre la mano izquierda extendida, revísala detenidamente para verificar que no haya quedado alguna partícula en ella. Si la hubiere consúmela también.

Nota: revisa también los dedos de la mano derecha por si al tomar la Hostia o el Pan Ázimo ha quedado alguna partícula en ellos y si es así consumirla también.

La foto y el texto de San Cirilo son tomados de la página "La razón de nuestra vida".

14/8/12

Documento con la autorización Papal para que laicos puedan dar la Comunión a los fieles





EXTRACTO DE LA INSTRUCCIÓN "INMENSAE CARITATIS" DE SS PAULO VI QUE AUTORIZA EL NOMBRAMIENTO DE LAICOS COMO "MINISTROS EXTRAORDINARIOS" DE LA EUCARISTÍA, PARA AYUDAR A LOS SACERDOTES EN LA DISTRIBUCIÓN A LOS FIELES:

"1. MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Las circunstancias en que puede ser insuficiente el número de ministros ordinarios para administrar la sagrada comunión son varias:

• Durante la celebración de la misa, cuando es muy grande la asistencia de fieles, o el celebrante se encuentra impedido por alguna dificultad especial.

• Fuera de la misa, cuando las distancias hacen difícil llevar las sagradas especies, sobre todo enforma de viático, a los enfermos en peligro de muerte, y también cuando es tan grande el número de enfermos, sobre todo en hospitales o instituciones similares, que hacen falta bastantes ministros para la distribución de la comunión.

Por tanto, para que no queden sin la ayuda y el consuelo de este Sacramento los fieles que, en estado de gracia y con recta y piadosa intención, desean tomar parte en el banquete eucarístico, el Sumo Pontífice ha considerado oportuno instituir ministros extraordinarios, que puedan administrar la sagrada comunión tanto a sí mismos como a los demás fieles, con las siguientes condiciones precisas:

I. LOS ORDINARIOS DEL LUGAR TIENEN FACULTAD PARA PERMITIR A PERSONAS IDÓNEAS, ELEGIDAS INDIVIDUALMENTE COMOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS, EN CASOS CONCRETOS o TAMBIÉN POR UN PERÍODO DE TIEMPO DETERMINADO, o EN CASO DE NECESIDAD DE MODO PERMANENTE, QUE SE ADMINISTREN A SI MISMAS EL PAN EUCARÍSTICO, LO DISTRIBUYAN A LOS DEMÁS FIELES y LO LLEVEN A LOS ENFERMOS EN SUS CASAS.

Esto se permite cuando:

a) Falten sacerdote, diácono o acólito.

b) Los mismos se hallen impedidos para distribuir la sagrada comunión a causa de otro ministerio pastoral, por enfermedad o por motivo de su edad avanzada.

c) El número de fieles que desean acercarse a la sagrada comunión sea tan grande que se prolongaría demasiado la duración de la misa o la distribución de la comunión fuera de la misa.

II. LOS MISMOS ORDINARIOS DEL LUGAR TIENEN FACULTAD PARA PERMITIR QUE LOS SACERDOTES DEDICADOS AL SAGRADO MINISTERIO PUEDAN DESIGNAR UNA PERSONA IDÓNEA QUE, EN CASO DE VERDADERA NECESIDAD, DISTRIBUYA LA SAGRADA COMUNIÓN AD ACTUM.

III. Los Ordinarios de lugar podrán delegar esta facultad en sus Obispos auxiliares, vicarios episcopales y delegados episcopales.

IV. La designación de la persona idónea, de que se habla en los números I y II, se hará teniendo presente el siguiente orden, que puede ser cambiado, sin embargo, según el prudente parecer del Ordinario del lugar: lector, alumno de seminario mayor, religioso, religiosa, catequista, fiel varón o mujer.

V. En los oratorios de comunidades religiosas de uno y otro sexo, el encargo de distribuir la sagrada comunión en las circunstancias enumeradas en el número I puede confiarse obviamente al superior que carezca del orden sagrado, o a la superiora, o a sus respectivos vicarios.

VI. Si se dispone de tiempo suficiente, conviene que la persona idónea escogida individualmente por el Ordinario del lugar para la distribución de la sagrada comunión, y la persona elegida para el mismo fin por el sacerdote que tenga facultad, conforme a lo dicho en el número II, reciban el mandato de acuerdo con el rito anexo a esta Instrucción y que distribuyan la sagrada comunión ateniéndose a las normas litúrgicas.

Como estas facultades han sido concedidas únicamente para el bien espiritual de los fieles y pensando en casos de verdadera necesidad, tengan presente los sacerdotes que tales facultades no los dispensan del deber de distribuir la Eucaristía a los fieles que legítimamente la pidan, y en modo particular de llevarla y darla a los enfermos.

El fiel designado ministro extraordinario de la sagrada comunión y debidamente preparado deberá distinguirse por su vida cristiana, por su fe y sus buenas costumbres. Se esforzará por ser digno de este nobilísimo encargo, cultivará la devoción a la sagrada Eucaristía y dará ejemplo a los demás fieles de respeto al Santísimo Sacramento del altar. No será elegido para tal oficio uno cuya designación pueda causar sorpresa a los fieles."

COMENTARIO: ESTE DOCUMENTO DEMUESTRA QUE ESTÁ CLARAMENTE ESTABLECIDO EN LA LEGISLACIÓN DE LA IGLESIA EL USO DE LAICOS PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA EUCARISTÍA A LOS FIELES, y POR LO TANTO NO ES CIERTO QUE SEA SACRILEGIO EL TOCAR EL CUERPO DE CRISTO CON LAS MANOS.

¿Pueden personas no ordenadas, laicos, dar la Comunión y tocar con sus manos el Cuerpo de Cristo? ¿Sacrilegio u "obvia" y "justa necesidad"?



Forma correcta de recibir la Comunión en la mano.


EXTRACTO DE LA "CARTA
DOMINICAE CENAE
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II"

"A TODOS LOS OBISPOS DE LA IGLESIA
SOBRE EL MISTERIO Y EL CULTO DE LA EUCARISTÍA"

... En algunos Países se ha introducido el uso de la comunión en la mano. Esta práctica ha sido solicitada por algunas Conferencias Episcopales y HA OBTENIDO LA APROBACIÓN DE LA SEDE APOSTÓLICA.

Sin embargo, llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las Especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los Pastores de la Iglesia, que hayan sido menos vigilantes sobre el comportamiento de los fieles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca. Es difícil pues en el contexto de esta Carta, no aludir a los dolorosos fenómenos antes mencionados.

"ESCRIBIENDO ESTO NO QUIERO DE NINGUNA MANERA REFERIRME A LAS PERSONAS QUE, RECIBIENDO AL SEÑOR JESÚS EN LA MANO, LO HACEN CON ESPÍRITU DE PROFUNDA REVERENCIA y DEVOCIÓN", en los Países donde esta praxis ha sido autorizada.

Conviene sin embargo no olvidar el deber primordial de los sacerdotes, que han sido consagrados en su ordenación para representar a Cristo Sacerdote: por eso sus manos, como su palabra y su voluntad, se han hecho instrumento directo de Cristo. Por eso, es decir, como ministros de la sagrada Eucaristía, éstos tienen sobre las sagradas Especies una responsabilidad primaria, porque es total: ofrecen el pan y el vino, los consagran, y luego distribuyen las sagradas Especies a los participantes en la Asamblea. Los diáconos pueden solamente llevar al altar las ofrendas de los fieles y, una vez consagradas por el sacerdote, distribuirlas. Por eso cuán elocuente, aunque no sea primitivo, es en nuestra ordenación latina el rito de la unción de las manos, como si precisamente a estas manos fuera necesaria una especial gracia y fuerza del Espíritu Santo.

El tocar las sagradas Especies, su distribución con las propias manos es un privilegio de los ordenados, que indica una participación activa en el ministerio de la Eucaristía."

"ES OBVIO QUE LA IGLESIA PUEDE CONCEDER ESA FACULTAD A PERSONAS QUE NO SON NI SACERDOTES NI DIÁCONOS, COMO SON TANTO LOS ACÓLITOS, EN PREPARACIÓN PARA SUS FUTURAS ORDENACIONES, COMO OTROS LAICOS, QUE LA HAN RECIBIDO POR UNA JUSTA NECESIDAD, PERO SIEMPRE DESPUÉS DE UNA ADECUADA PREPARACIÓN." ...

"Vaticano, 24 de febrero, domingo I de Cuaresma, del año 1980, segundo de mi Pontificado"

Nota: las mayúsculas para destacar algunos de los textos son nuestras.


Comentarios:

1- Reitera SS Juan Pablo II la aprobación de la Iglesia al Rito de la Comunión en la mano.

2- Como podemos ver, aunque pueden presentarse como excepción muestras de un deficiente respeto o adoración de las Especies Eucarísticas por parte de algunos fieles quizás no suficientemente preparados, ellas no se refieren a la mayoría de quienes prefiriendo la Comunión en la boca "lo hacen con Espíritu de profunda reverencia y devoción".
Y es necesario destacar que este documento fue emitido hace mas de treinta años, cuando el uso de la Comunión en la mano no era tan extendido ni entendido como lo es hoy, por lo que esas circunstancias han cambiado mucho.

3- Queda claro en el documento que si está autorizado por la Iglesia el que laicos puedan ser ministros de la Eucaristía para distribuirla a los fieles, lo que califica de "obvio" y de "justa necesidad", y que no es un delito ni un sacrilegio que ministros y fieles laicos toquen el Cuerpo de Cristo, lo que siempre se hace con las manos o con la boca con cualquier forma de comulgar.

Extracto de la Instrucción "Inmensae Caritatis" acerca de la adecuada "Devoción y reverencia" al recibir la Comunión en la mano

El Papa Benedicto XVI da la comunión a Carmen Hernández, iniciadora con Kiko Arguello del Camino Neocatecumenal.


SAGRADA CONGREGACION PARA LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS

Extracto de la Instrucción "Inmensae caritatis", sobre dar facilidad para la recepción de la Comunión, en ciertas circunstancias, 29 de enero de 1973: AAS 65 ( 1973) 264-271; Not 9 (1973) 157-164.

Part 4 . Devoción y reverencia en caso de recibir la comunión en la mano.

Desde la instrucción "Memoriale Domini" hace tres años, algunas de las Conferencias de Obispos han solicitado a la Santa Sede la facultad de autorizar a ministros que reparten la comunión, a ponerla en las manos de los fieles.

La misma instrucción contiene un recordatorio de que "las leyes de la Iglesia y los escritos de los Padres de la Iglesia son testimonio de la suprema reverencia y máximo cuidado hacia la Eucaristía", y que esto debe continuar. Particularmente con respecto a esta forma de entregar la comunión, la experiencia sugiere una cuidadosa atención.

De parte de ambos, el ministro y el receptor, CUANDO LA HOSTIA SE COLOCA EN LA MANO DEL COMULGANTE, "DEBE HABER MUCHO CUIDADO y PREOCUPACIÓN, ESPECIALMENTE QUE NO CAIGA PARTÍCULA ALGUNA DE LA HOSTIA".

El uso de la comunión en la mano, debe ser acompañado por instrucciones al respecto y catequesis en la enseñanza católica sobre la presencia real y permanente de Cristo en la Eucaristía y la reverencia propia hacia este Sacramento.

Los fieles deben ser enseñados que Jesús es Señor y Salvador, y que por eso la adoración en "latria" o la adoración perteneciente a Dios, se debe a Cristo presente en este Sacramento. También deben ser instruidos, para que no omitan después de la comunión, las sinceras y apropiadas acciones de gracias.

Finalmente, PARA QUE SU ACERCAMIENTO A ESTA SANTA MESA SEA VÁLIDA y FRUCTÍFERA, LOS FIELES DEBEN SER INSTRUIDOS DE LOS BENEFICIOS y EFECTOS PARA AMBOS, EL INDIVIDUO y LA SOCIEDAD, PARA QUE SU FAMILIARIDAD CON EL PADRE, QUIEN NOS DA NUESTRO PAN DE CADA DÍA, LES HAGA REFLEJAR LA MÁXIMA REVERENCIA POR EL, LOS NUTRA DE AMOR y LOS LLEVE A UNA VIDA EN CRISTO, CUYA CARNE y SANGRE COMPARTIMOS. (como vemos, la validez y frutos de la Comunión frecuente no depende de si se toma en la mano o en la boca sino de la reverencia y humildad de corazón con que se haga).

EL PAPA PAULO VI APROBÓ ESTA INSTRUCCIÓN, LA CONFIRMÓ CON SU AUTORIDAD y ORDENÓ SU PUBLICACIÓN, FIJANDO ESE DIA COMO LA FECHA DE SU VALIDEZ.