¿Rito alterno y de igual valor a la Comunión en la boca?

¿o "indulto" por no comulgar de la forma tradicional?

Aquí resolvemos esas dudas


14/8/12

¿Pueden personas no ordenadas, laicos, dar la Comunión y tocar con sus manos el Cuerpo de Cristo? ¿Sacrilegio u "obvia" y "justa necesidad"?



Forma correcta de recibir la Comunión en la mano.


EXTRACTO DE LA "CARTA
DOMINICAE CENAE
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II"

"A TODOS LOS OBISPOS DE LA IGLESIA
SOBRE EL MISTERIO Y EL CULTO DE LA EUCARISTÍA"

... En algunos Países se ha introducido el uso de la comunión en la mano. Esta práctica ha sido solicitada por algunas Conferencias Episcopales y HA OBTENIDO LA APROBACIÓN DE LA SEDE APOSTÓLICA.

Sin embargo, llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las Especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los Pastores de la Iglesia, que hayan sido menos vigilantes sobre el comportamiento de los fieles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca. Es difícil pues en el contexto de esta Carta, no aludir a los dolorosos fenómenos antes mencionados.

"ESCRIBIENDO ESTO NO QUIERO DE NINGUNA MANERA REFERIRME A LAS PERSONAS QUE, RECIBIENDO AL SEÑOR JESÚS EN LA MANO, LO HACEN CON ESPÍRITU DE PROFUNDA REVERENCIA y DEVOCIÓN", en los Países donde esta praxis ha sido autorizada.

Conviene sin embargo no olvidar el deber primordial de los sacerdotes, que han sido consagrados en su ordenación para representar a Cristo Sacerdote: por eso sus manos, como su palabra y su voluntad, se han hecho instrumento directo de Cristo. Por eso, es decir, como ministros de la sagrada Eucaristía, éstos tienen sobre las sagradas Especies una responsabilidad primaria, porque es total: ofrecen el pan y el vino, los consagran, y luego distribuyen las sagradas Especies a los participantes en la Asamblea. Los diáconos pueden solamente llevar al altar las ofrendas de los fieles y, una vez consagradas por el sacerdote, distribuirlas. Por eso cuán elocuente, aunque no sea primitivo, es en nuestra ordenación latina el rito de la unción de las manos, como si precisamente a estas manos fuera necesaria una especial gracia y fuerza del Espíritu Santo.

El tocar las sagradas Especies, su distribución con las propias manos es un privilegio de los ordenados, que indica una participación activa en el ministerio de la Eucaristía."

"ES OBVIO QUE LA IGLESIA PUEDE CONCEDER ESA FACULTAD A PERSONAS QUE NO SON NI SACERDOTES NI DIÁCONOS, COMO SON TANTO LOS ACÓLITOS, EN PREPARACIÓN PARA SUS FUTURAS ORDENACIONES, COMO OTROS LAICOS, QUE LA HAN RECIBIDO POR UNA JUSTA NECESIDAD, PERO SIEMPRE DESPUÉS DE UNA ADECUADA PREPARACIÓN." ...

"Vaticano, 24 de febrero, domingo I de Cuaresma, del año 1980, segundo de mi Pontificado"

Nota: las mayúsculas para destacar algunos de los textos son nuestras.


Comentarios:

1- Reitera SS Juan Pablo II la aprobación de la Iglesia al Rito de la Comunión en la mano.

2- Como podemos ver, aunque pueden presentarse como excepción muestras de un deficiente respeto o adoración de las Especies Eucarísticas por parte de algunos fieles quizás no suficientemente preparados, ellas no se refieren a la mayoría de quienes prefiriendo la Comunión en la boca "lo hacen con Espíritu de profunda reverencia y devoción".
Y es necesario destacar que este documento fue emitido hace mas de treinta años, cuando el uso de la Comunión en la mano no era tan extendido ni entendido como lo es hoy, por lo que esas circunstancias han cambiado mucho.

3- Queda claro en el documento que si está autorizado por la Iglesia el que laicos puedan ser ministros de la Eucaristía para distribuirla a los fieles, lo que califica de "obvio" y de "justa necesidad", y que no es un delito ni un sacrilegio que ministros y fieles laicos toquen el Cuerpo de Cristo, lo que siempre se hace con las manos o con la boca con cualquier forma de comulgar.